Aunque el Logroño actual queda muy lejos del Japón de Miyamoto Musashi, salvando la distancia temporal y la forma de vivir de la época, podemos encontrar en la base de sus escritos la esencia de las artes marciales.
Miyamoto Musashi nació a finales del siglo XVI, en 1585, fue un espadachín excepcional, achacándolo, aparte de a su relación con la espada y las artes marciales, a su rectitud y a una capacidad de análisis estratégico excepcional para la batalla. Militar a la par que pintor, calígrafo y filósofo, escribió un libro en el que trato de compilar su sabiduría que ha llegado a nuestros días bajo el título de “El Libro de los Cinco Anillos”.
Tal es su valor intelectual y espiritual que cualquier verdadero guerrero debería de sentir un mínimo de curiosidad por sus palabras. Así pues y para satisfacer una pequeña parte de ese hambre de conocimiento, presentamos al lector, bien sea de Logroño o de cualquier otro lugar, una serie de preceptos extraídos de un texto de gran importancia para todas las artes marciales.
Preceptos (Extraídos de: «El libro de los Cinco Anillos de Miyamoto Musashi»):
Dejad vuestro espíritu despejado y abierto, poniendo vuestro intelecto en un vasto plano. Es esencial pulir diligentemente el intelecto y el espíritu. Una vez que hayáis utilizado vuestro intelecto hasta el punto en el que podéis distinguir lo que es verdad y lo que no lo es en el mundo, en el que podéis decir lo que es bueno y lo que es malo, y cuando ya habéis experimentado varios dominios y ya no podéis ser engañados en absoluto por la gente, vuestro espíritu habrá quedado imbuido del conocimiento y de la sabiduría del arte de la guerra.
Elementos esenciales de las antiguas tradiciones marciales:
– El primero de estos principios básicos es mantenerse internamente tranquilo y claro, incluso en medio del caos violento;
– El segundo es no olvidar la posibilidad del desorden en tiempos de orden. Como guerrero de dos mundos muy diferentes, un mundo de guerra y un mundo de paz.
En la ciencia de las artes marciales, el estado de espíritu debe seguir siendo el mismo que en la vida cotidiana; lo mismo que cuando practicáis las artes marciales, no permitáis que haya ningún cambio: con el espíritu abierto y directo, ni tenso ni demasiado relajado, manteniendo la mente centrada de forma que no haya desequilibrio, relajad tranquilamente vuestra mente y saboread totalmente ese momento de tranquilidad, de forma que la relajación no se detenga ni siquiera un instante.
Aunque estéis tranquilos, vuestro espíritu está alerta, aunque estéis apremiados, vuestro espíritu no esta apremiado. La mente no es arrastrada por el cuerpo, y el cuerpo no es arrastrado por la mente. Poned atención a la mente, no al cuerpo. No permitáis que haya insuficiencia ni exceso en vuestra mente.
Aunque superficialmente tengáis el ánimo débil, permaneced fuertes por dentro y no dejéis que otros vean vuestra mente. Esto es esencial para aquellos que son físicamente pequeños para saber cómo ser grandes, y para aquellos que son físicamente grandes para saber cómo ser pequeños; tanto si sois físicamente grandes como si sois pequeños, es esencial mantener vuestro espíritu libre de desviaciones subjetivas.
Por ultimo mencionar que Miyamoto Musashi, como colofón a una vida dedicada de pleno a la espada y las artes marciales, cuenta la leyenda que dos semanas antes de morir escribió los siguientes principios como ultima enseñanza:
Principios de las artes marciales:
1 Acepta todo exactamente de la manera que es. Nunca actúes contrariamente a la moral tradicional. No vayas en contra de la Vía inmutable a través de los tiempos.
2 No busques el placer hedonista. Evita buscar los placeres del cuerpo. Nunca intentes aprovechar ningún momento de facilidad.
3 Bajo ninguna circunstancia, dependas de un sentimiento parcial. No tengas parcialidad por nadie ni por nada. Se imparcial en todo. No te dejes arrastrar por la avidez en toda la vida.
4 Piensa ligeramente en ti y profundamente en el mundo. Piensa poco en ti mismo, pero mucho en la colectividad. No te preocupes por asuntos egoístas.
5 Mantente separado del deseo a lo largo de toda tu vida. Permanece libre de codicia a través de la vida. No estés celoso jamás de los demás, ni en bien ni en mal.
6 No te arrepientas de lo que has hecho. Nunca lamentes lo que has hecho. No tengas rencor o animosidad hacia ti o hacia los demás.
7 Nunca seas celoso. De ningún modo envidies a otros por su buena suerte, o te quejes de la tuya si es mala.
8 Nunca te entristezcas por una separación. Nunca te aflijas por la separación de alguien o de algo, en ningún momento. No estés triste por ningún tipo de separación.
9 El resentimiento y las quejas no son adecuadas ni hacia ti mismo ni hacia otros. Nunca te reproches nada o a otros, nunca te quejes sobre ti o sobre los demás.
10 Nunca permitas que te guíe la lujuria o el amor. Nunca sueñes en sucumbir bajo el enamoramiento (o apasionamiento) por una mujer. No te conviertas jamás en un cobarde por culpa del cuerpo.
11 No tengas preferencias por ninguna cosa. No tengas gustos ni aversiones. No busques jamás el bienestar personal.
12 Se indiferente respecto a donde vives. Sea como fuere el lugar donde vives, jamás tengas ninguna objeción en su contra.
13 No persigas el probar buena comida. Nunca desees comida refinada para ti. No busques los platos más refinados para contentar el cuerpo.
14 No te aferres a posesiones que ya no necesites. Nunca tengas objetos antiguos ni curiosos bajo tu posesión. No te rodees de ninguna cosa de gran valor material en toda la vida.
15 No actúes siguiendo costumbres o creencias. Jamás realices purificaciones o abstinencias supersticiosas para protegerte contra las malas influencias.
16 No colecciones armas o practiques con ellas más allá de lo útil. No tengas gusto por utensilios de ninguna clase, exceptuando espadas y otras armas. No seas tentado por ningún objeto a pesar de las armas.
17 No temas a la muerte. Jamás te arrepientas de tu vida encausada hacia la rectitud. Conságrate enteramente a la Vía sin temor, hasta la muerte. Aunque el cuerpo sea viejo, no tengas deseos de la muerte.
18 No busques poseer bienes o propiedades en tu vejez. En absoluto desees tener ninguna posesión que te otorgue comodidad en tu vejez.
19 Respeta a Buda y a los dioses sin contar con su ayuda. Venera a Dioses y Santos, pero nunca pienses depender de ellos.
20 Puedes abandonar tu cuerpo pero debes perseverar en el honor. Más bien debes preferir dar tu vida que deshonrar tu buen nombre. La espada no se desenvaina a la ligera.
21 Nunca te apartes del Camino. No abandones nunca la Vía de la táctica. Nunca, ni por un momento, ni en cuerpo ni alma, me apartaré de la Vía del Sable.